Dentro de sus duras entrañas y gracias al fuerte calor de su interior, se cuecen los mestizos, repulgados, empanadas y el reconocido pan de dulce y sal, una de las delicias características de Pinllo, Ambato.
Un horno de más de cien años hecho de cancagua, producto volcánico resistente al fuego, y barro guarda celosamente el secreto para cocinar el pan que acompaña en las mañanas a las familias ambateñas.
Son doce hornos los que sirven a la familia Bonilla para preparar “El Auténtico Pan de Pinllo”, “el más grande es el importante por ser el viejito del grupo”, comenta Héctor Miño encargado de preparar la masa. Cada fin de semana utilizan de tres a cuatro quintales de harina para elaborar este producto.
Doña Susana Velarde de Bonilla, propietaria del local “El auténtico pan de Pinllo”, cuenta que el horno más antiguo fue construido por el abuelo de su marido como regalo para su nuera, Zoila Velasteguí de Bonilla, cuando tenía 15 años, así podría colaborar junto a su hijo Bolívar con el negocio familiar.
“Este pan es muy bueno, al siguiente día no está duro como otros, sigue fresco”, afirma César Molina que acude todos los sábados y domingos a las ocho de la mañana a comprar empanadas de dulce para compartirlas con su familia en el desayuno, “a mis hijas les encanta pero mi esposa dice que le engorda”.
Ligia Mora también es fiel cliente, ella compra diez mestizos los domingos que le duran toda la semana. “Se les calienta en el microondas un poquito y quedan como recién hechos”, dice y sonríe.
La manteca de cerdo, la panela, la cebolla blanca, el achiote, la leche y el queso, son ingredientes que no se utilizan para elaborar panes regulares, dice Doña Susana. “Por eso cuestan más, porque la calidad es diferente”. Los costos van desde los $0.50 centavos de dólar hasta los $0.95 cada uno.
Indudablemente el secreto del exquisito sabor del pan de Pinllo está en el horno que lo cocina, comenta Don Héctor Miño, quien además se ocupa del mantenimiento. A las 06:00 los calienta leña de eucalipto “porque es la que más dura”. Para limpiarlos elabora una mezcla de lodo con panela o melaza con la cuál elimina la suciedad de su interior.
Cada uno de los miembros que constituyen “El auténtico pan de Pinllo” están acostumbrados a la fama, según dice Don Héctor, “porque siempre vienen de los medios de comunicación a hacer entrevistas, pero eso sí, no han de poder imitar nuestro pan”.
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