Después de haber recorrido un largo camino plagado de sabores, olores, texturas y colores que nutrieron el cuerpo a través de los sentidos, es hora de nutrir el espíritu con el maravilloso secreto que encierran los alimentos y que solo la comida es capaz de hacerle sentir al alma.
El pasado que encierra cada trozo comestible, sobretodo cuando tiene historia, transporta la esencia del ser humano a una dimensión secreta que corresponde a las viejas memorias de una vida tranquila, feliz, llena de paz y cuyos problemas no trascendían a la política o economía, la envidiable vida que lleva un niño.
Al ser invadida la lengua por el sabor de los manjares llegan las reminiscencias de la infancia a la mente del hombre y el espíritu vuela. Las exquisitas preparaciones de las abuelas y madres y sus tradiciones son el verdadero condimento de la comida.
Los recuerdos son captados por las papilas gustativas así como el sabor por el cerebro y viceversa. Esta acción del cuerpo humano entre ciencia y comunicación demuestra una vez más que así como la masa corporal necesita sustento, el espíritu también, y lo extraordinario es que ambos se nutren a través de la comida.
Antes de ingerir cualquier alimento recuerde, transpórtese, vuele y saboree cada bocado con la ayuda de la quinta edición de su revista Buffet. Libere su alma y experimente el privilegio de volverse un niño otra vez.
¡Los invitamos a disfrutar!