¿Cómo resulta imposible continuar creando tanta fe sostenida a ciegas y luego razonada intensamente mas allá de todas las posibilidades?
El credo y la religiosidad del espíritu siempre inclinado a encontrar la medicina para la desesperanza van por la misma senda tomados de la mano. Viajan por el mundo interno tratando de llegar al puerto de la esquiva felicidad.
Pero ¿Qué hacer cuando la marcha se trunca a mitad del camino y los anhelos se quiebran como una vacía copa de cristal?
Dos cuadras antes de llegar al bar Matrioska ubicado en la Plaza Foch en Quito, un joven hombre es insultado por un grupo muchachos de "distinta orientación sexual" a la de él, asegura Carlos.
Da pasos largos y mientras camina mira hacia atrás por si a alguien se le ocurre arrojarle algo o golpearlo ,como le ha sucedido ya varias veces, poder esquivarse.
Dentro del bar Carlos dice que "se siente él". Deja su abrigo en el pasillo de entrada y camina . En la parte derecha al corredor una puerta le conduce a la que "quisiera sea su realidad siempre".
Los ojos de Carlos brillan y su delgado cuerpo empieza a moverse al ritmo de la música dentro del lugar, sin embargo, la sonrisa dibujada en su rostro desaparece cuando cuenta que sus amigos han sentido en sus carnes el escarnio de la angustia de verse mutilados por el cuchillo de la decepción ,que en manos de la sociedad, los apuñala hasta con la mirada indiferente.
La tenue luz que alumbra a los asistentes y las otras coloridas luces que en cualquier lugar confunden a las personas, disfrazan la realidad y les da libertad. Sus formas de bailar, de reír, de actuar transmiten confianza, se sienten en familia.
La sexualidad no es un tabú para ellos, se gustan, se tocan e inmediatamente se dirigen al baño donde se aprecian el uno al otro de una manera mas intima, no existe ningún ritual, simplemente lo que piensan y sienten correcto hacer.
Mujeres de fisonomía delicada y agradable asisten al lugar solas o acompañadas al igual que los hombres, a expectativas de encontrar una pareja igual a ellas, prefieren “una mujer sensible a un hombre maltratador”.
De entre otras virtudes conocidas, aquella que tiene que ver con la franqueza es de excelencia superior, porque expande claridad en sus acciones y obliga con su ejemplo a llevar la vida con dignidad y altura sin importar la orientación sexual.
Las personas supuestamente normales, con sus hogares establecidos y una familia, en donde las madres son denigradas por sus familias, los padres tienen amantes y los niños crecen con traumas, son aceptadas por la sociedad y reconocidas hasta por el gobierno.
También esta es una forma de anarquía, donde danzan al compás de la mentira, el odio, la traición, la hipocresía, el egoísmo, la envidia, la arbitrariedad y sobretodo la explotación del hombre por el hombre, los regimenes de la ambición, sin limite o medida que lo impidan.